martes, 28 de junio de 2016


Vivimos en posiciones contrarias,
y me pregunto si no te ahogas
al intentar agarrarme por las costillas,
que nadan,
que se escapan entre mareas de cabellos,
de horarios en desuso.
Vivir para renunciar,
regodearse en lo que nunca dije
y que se va marcando en los labios.
Conformarse con que ya no.

Vivimos mar boca abajo.
Donde las raíces arañan tus pies
queman los primeros despuntes de mis cabellos.
Es la sed de un océano que se transforma en río y quiebra la garganta,
hasta la primera palabra escrita con sangre.
Es la angustia de saber pájaros tuertos en incómodas posturas,
bailando, como cada noche, para no caer y ser tan sólo el reverso de lo real.

                                                                                                                           (2016).

domingo, 15 de mayo de 2016

Mayo.

Quedaste por detrás,
muy por detrás de las lágrimas,
bajo una neblina de mayo
que se parece a la lluvia pegada en los cristales.
Se silencia después de haberse precipitado
contra el retrovisor, difuminando el reflejo,
y pienso que me gustaría ser valiente.

Nunca supe decirte
para poder leerte en toda tu complejidad.
Se quedó arremolinado en el esternón,
ahora inservible para seguir soportando costillas.
Otros lloran por encima de todas
esas lágrimas y se atreven a expresar.

Intenté sostenerme como el lirio e intenté decir,
pero cómo verbalizar que todo estaba
enturbiado desde el principio.
No supe coserme a mí y empecé a coser objetos.
Nunca los vi nacer, ni llegar,
ni siquiera preguntaron cuando vieron
temblar el labio, quebrarse la mano.
"Yo sólo recompongo a otros",
escribo en el vértice de la hoja,
después de abatirme en el espejo,
de ser una figura de Bacon,
de medirme la temperatura y resultar tan fría.

                                                             (2016).

jueves, 21 de abril de 2016

Muerdo castillos en el aire
y venero la sangre que no sangra,
esa que no viene,
que no llama más que con pequeños golpes en el bajo vientre.
Te añoro en la matriz,
en el sueño que no duermo
y trepan por las raíces hormigas voladoras
que no me devuelven mi sangre ni mis entrañas.
Te arranco y así ya no dueles.

                                                                                      (2016).