domingo, 15 de mayo de 2016

Mayo.

Quedaste por detrás,
muy por detrás de las lágrimas,
bajo una neblina de mayo
que se parece a la lluvia pegada en los cristales.
Se silencia después de haberse precipitado
contra el retrovisor, difuminando el reflejo,
y pienso que me gustaría ser valiente.

Nunca supe decirte
para poder leerte en toda tu complejidad.
Se quedó arremolinado en el esternón,
ahora inservible para seguir soportando costillas.
Otros lloran por encima de todas
esas lágrimas y se atreven a expresar.

Intenté sostenerme como el lirio e intenté decir,
pero cómo verbalizar que todo estaba
enturbiado desde el principio.
No supe coserme a mí y empecé a coser objetos.
Nunca los vi nacer, ni llegar,
ni siquiera preguntaron cuando vieron
temblar el labio, quebrarse la mano.
"Yo sólo recompongo a otros",
escribo en el vértice de la hoja,
después de abatirme en el espejo,
de ser una figura de Bacon,
de medirme la temperatura y resultar tan fría.

                                                             (2016).